Hipotermia
La hipotermia se define como el descenso de la temperatura
corporal por debajo de los 35ºC, momento en el cual los mecanismos
compensadores del organismo para mantener la temperatura del cuerpo comienzan a
fallar. Descubre cómo actuar en estas situaciones.
Tipos de
hipotermia según su causa:
Dependiendo de la causa, el tipo de hipotermia que se
observa varía:
Hipotermia gradual: la temperatura corporal desciende progresivamente
(ropa inadecuada, frío y viento intensos…).
Hipotermia aguda: también llamada hipotermia por inmersión. Ocurre
cuando la pérdida de calor corporal sucede rápida e intensamente, como al caer
en aguas frías.
Hipotermia silenciosa: se trata de una hipotermia gradual por inmersión, es
decir, la persona pasa muchas horas inmersa en aguas frías, pero la pérdida de
calor no es brusca, ya que lleva el equipamiento adecuado. Este caso puede
darse en buzos, surfistas, pescadores… Los síntomas cambian con respecto a la
hipotermia gradual, se observa agotamiento y cansancio fácil.
Existe otro tipo de hipotermias que no se relacionan con una
exposición ambiental al frío, sino que se deben a un fallo en los mecanismos
cerebrales de termorregulación, en los centros que controlan la temperatura
corporal. Estas hipotermias pueden ser secundarias a diversas enfermedades
tales como el hipotiroidismo, la insuficiencia renal o hepática, quemaduras
extensas, infecciones generalizadas graves, etcétera.
También pueden producirse hipotermias secundarias a lesiones
cerebrales, como infartos o tumores, localizadas en el hipotálamo, que es el
centro donde se encuentran los centros termorreguladores del cerebro.
Hay hipotermias que se asocian al uso de medicamentos,
especialmente aquellos que ejercen su efecto en el cerebro como antidepresivo,
tranquilizante, antipsicótico u otros.
Finalmente, también existen casos de hipotermia tras un
consumo excesivo de drogas o alcohol. Todas estas hipotermias suelen ser leves
o como mucho moderadas.
Signos y
síntomas de hipotermia:
La hipotermia no suele aparecer de inmediato, sino de forma
tan gradual que en ocasiones la víctima no llega a ser realmente consciente de
estar sufriéndola. A medida que la temperatura corporal va descendiendo, se
diferencian tres fases, cada una con una serie de signos y síntomas característicos:
Primera fase: los primeros síntomas de la hipotermia se deben a la
puesta en marcha de los mecanismos de defensa del cuerpo. Los vasos sanguíneos
de las partes más alejadas (manos, pies…) se contraen. Esto sucede para que
circule menos sangre por esas zonas, ya que la pérdida de calor es muy elevada,
y el objetivo del cuerpo es mantener caliente los órganos vitales. Aparecen
escalofríos, la piel de gallina, aumenta el gasto calórico por los temblores y
el aumento de la frecuencia respiratoria y cardiaca. Los músculos de las manos
y los pies no responden del todo bien.
Segunda fase: los temblores y escalofríos son más violentos, los
movimientos son lentos y torpes y se observa una descoordinación muy evidente.
La víctima, aunque parece alerta, está pálida. Los labios, las orejas y la
punta de los dedos pueden ponerse azules.
Tercera fase o fase
profunda: dificultad extrema para moverse, la piel se pone azul, los
temblores cesan. La víctima presenta somnolencia, comportamientos extraños o
irracionales y confusión mental. La respiración y los latidos cardíacos
disminuyen, se vuelven lentos y débiles. Al cabo de un rato los órganos vitales
comienzan a fallar y a pararse, lo que se conoce como muerte clínica. En este
estado la víctima no está realmente muerta, ya que la muerte.
Qué hacer
en caso de hipotermia:
Estas son las pautas de actuación básicas que debes seguir
si te encuentras con un caso de una persona que presente síntomas de
hipotermia:
Si se sospecha de
hipotermia, sobre todo si aparece confusión o alteraciones mentales, se debe
llamar de inmediato al número de emergencias, en España el 112.
Si la víctima se
encuentra inconsciente hay que comprobar la respiración. Si no respira,
comenzar con reanimación cardiopulmonar, 30 compresiones – 2 ventilaciones.
Proteger a la víctima del frío. Llevarla a una zona con
temperatura caliente y cubrirla con mantas o ropas. Si esto no es posible,
habrá que aislarla del viento, el frío y el suelo. Cubrirle la cabeza y el
cuello ya que son zonas con gran pérdida de calor.
Si se consigue llevar
a la víctima a cubierto, habrá que quitarle las ropas húmedas y reemplazarla
por prendas secas. En caso de seguir a la intemperie no quitarle la ropa, sino
intentar dar calor para que la ropa húmeda se enfríe lo menos posible.
Hay zonas del cuerpo
que mantienen mejor el calor, como el cuello, las ingles, las axilas y ambos
lados del torso. Para calentar a la víctima aplicar compresas tibias en estas
regiones. Si es necesario, utilizar el propio cuerpo del reanimador. En caso de
que la víctima esté consciente y despierta, y pueda tragar con facilidad, es
recomendable que beba líquidos dulces y calientes, sin alcohol, para estimular
el recalentamiento. Permanezca junto a la persona hasta que llegue el soporte
médico
Qué no hacer
en caso de hipotermia
Como siempre en el tema de los primeros auxilios, también en
el caso de la hipotermia existen acciones que no son beneficiosas y que pueden
ser perjudiciales para la víctima:
Nunca dar a la víctima por muerta. Aunque el cuerpo esté
frío y no se encuentren pulsaciones, existen casos de recuperación completa sin
secuelas. Esto es porque el cerebro, aunque ralentizado, no está totalmente
dañado y tarda más que el resto del cuerpo en dejar de funcionar.
Si hay partes del
cuerpo congeladas, como dedos de las manos o de los pies, no frotarlas, hay que
envolverlas en vendas tibias.
No usar una fuente de calor directo para calentar a la
víctima, como agua caliente, fuego, mantas eléctricas o lámparas de calor. Al
dar calor rápidamente la circulación se reactiva, en este caso, la sangre, aún
fría, circula por los órganos vitales y los enfría, provocando un empeoramiento
de la víctima.
No proporcionarle bebidas alcohólicas.
En los pacientes con
hipotermia existe el riesgo de arritmias cardiacas graves. Por ello, hay que
manejar a la víctima con suavidad y no realizar movimientos bruscos. Los
movimientos intempestivos, o incluso los ruidos excesivos o disonantes, pueden
facilitar la aparición de estas arritmias cardiacas y llevar a la muerte del
enfermo.
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