Se pueden pisar, siempre que no andemos descalzos claro; cada procesión está encabezada por una oruga hembra, si la separamos del resto, éstas se desorientan y se dividen; la función de la oruga cabeza de la procesión es encontrar el mejor lugar para el enterramiento y su transformación en crisálida (pupa) y después en mariposa (hacia el mes de julio). Este año atípico lo es también para este insecto, y parece que se van a adelantar los enterramientos. Si vemos una procesión, lo mejor es pisarla con precaución para evitar posibles accidentes con otras personas o animales. Cada oruga está compuesto de cientos de pelos que recubren todo su cuerpo; cada uno de estos pelos está en contacto con una cápsula que contiene miles de diminutos dardos urticantes; la oruga, al verse amenazada, encoge estos pelos, y abre esta cápsula, esparciendo al aire los miles de dardos urticantes; son estos dardos microscópicos los responsables de alergias, y reacciones hipersensibles que pueden causar serias afecciones cardiorespiratorias en el ser humano (los niños están especialmente más expuestos que los adultos) y en los animales. Si manipulamos bolsones o procesiones de orugas con las manos, es imprescindible hacerlo con guantes y mascarilla, si sólo las pisamos, exceptuando a aquellas personas hipersensibles, no es necesaria ninguna protección. En jardines o parques públicos, la mejor forma en esta época del año, de luchar contra su proliferación, es la eliminación de bolsones, mediante corta y pisotón (o quema, no aconsejable en esta situación de sequía). En zonas extensas hay que acudir a la administración de la C.A. o a los ayuntamientos. Recordemos que la procesionaria del pino es un insecto endémico mediterráneo, siempre ha estado, aunque las plantaciones de pinos foráneos han hecho que se convirtiera en plaga en zonas en las que siempre estuvo integrada en los ciclos vegetativos. Saludos y atención a las recomendaciones.
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