Cuando tenemos hijos nos llenamos de miedo y muchas veces nos paralizamos
frente a una emergencia médica. Saber qué hacer, puede hacer la diferencia ante
una situación donde la vida puede estar en riesgo.
Lo primero que todos deberíamos aprender es a prevenir, aunque cueste
creerlo, hay muchas cosas que debemos tener en cuenta para evitar accidentes y no
siempre lo tenemos en cuenta.
Por esto te invito a que comiences con un ejercicio simple, que puede
ayudarlos ante una situación complicada.
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Deja cerca del teléfono los números de emergencia.
Ante una situación que requiere celeridad, no encontramos la agenda, ni
podemos buscar demasiado para llamar al servicio médico, policía o bomberos.
- Enseña
a tus hijos a hablar por teléfono.
Saber que decir ante una urgencia es importante, donde están, cual es la
situación, aclarar que no es una broma (muchas veces dudan cuando un niño
llama) y además, saber a qué número llamar porque el tiempo es siempre
fundamental.
- Ordenar
las prioridades.
El tiempo es decisorio ante una emergencia y como no somos médicos, es
importante hacer la llamada al servicio de emergencia antes de asistir al
paciente, primero porque la ayuda llegará más rápido y segundo porque los
operadores pueden decirnos que hacer mientras esperamos que los profesionales
lleguen y se hagan cargo de la situación.
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Bajar la tensión.
Nunca sabremos cómo vamos a reaccionar ante una situación de riesgo pero es
importante, respira y tratar de mantener la calma, aunque nos ataque la
angustia o la desesperación debemos recordar que la histeria no nos ayudará en
estos casos. Tomarte unos segundos para calmarte puede hacer la diferencia en
la ayuda que puedas brindar.
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Tomar la responsabilidad de aprender a ayudar.
Hay muchas cosas que podemos aprender en poco tiempo, los cursos de RCP
(resucitación cardio pulmonar) y Primeros Auxilios, deberían ser obligatorias
para los padres, tal como el curso de preparación para el parto y para los
niños en edad escolar. Todos debemos saber cómo actuar ante una emergencia.
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No tener miedo a ayudar.
No importa si es o no un familiar quien sufre una emergencia, puede pasarle
a un compañero de trabajo o estudio o a un pasajero del transporte público en
el que viajamos habitualmente. Saber qué hacer y no tener miedo de hacerlo,
puede salvar una vida. Podemos ayudar a salvar vidas, sencillamente actuando de
manera adecuada frente a una Emergencia Médica, está en nosotros aprender cómo.
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