jueves, 23 de marzo de 2017

Muerte súbita de origen cardíaco en deportistas


                                                       
  • Muerte súbita de origen cardíaco en deportistas     
  • Pruebas de cribado
  • Se estima que alrededor de 1/200.000 deportistas jóvenes aparentemente sanos desarrolla una taquicardia o una fibrilación ventricular de comienzo súbito y muere durante el ejercicio. Esta entidad se ve con una frecuencia 10 veces mayor en hombres que en mujeres. Los jugadores de baloncesto y de fútbol americano en los Estados Unidos y los de fútbol en Europa presentan el riesgo más elevado.
    En los deportistas jóvenes, la muerte súbita de origen cardíaco se debe a numerosas causas (see Table # on p. # Causas de muerte súbita de origen cardiovascular en deportistas jóvenes*) pero la más frecuente es
    • Miocardiopatía hipertrófica no diagnosticada
    Los deportistas con paredes torácicas delgadas y distensibles presentan un riesgo elevado de commotio cordis (taquicardia o fibrilación ventricular súbita después de un golpe en el área precordial) incluso en ausencia de enfermedad cardiovascular. El golpe puede involucrar un objeto lanzado con fuerza moderada (p. ej., una bola de béisbol, una pastilla de hóckey o una bola de lacrosse) o un impacto contra otro jugador durante una fase vulnerable de la repolarización miocárdica. Otras causas incluyen los síndromes arrítmicos hereditarios (p. ej., síndrome de QT largo, síndrome de Brugada). Algunos deportistas jóvenes mueren debido a la rotura de un aneurisma aórtico (en el síndrome de Marfan).
    En los deportistas de más edad, la muerte súbita de origen cardíaco se debe típicamente a
    • Enfermedad coronaria
    A veces existe una miocardiopatía hipertrófica, un prolapso de la válvula mitral o un valvulopatía adquirida.
    Cuando hay otros trastornos subyacentes a la muerte súbita del deportista (p. ej., asma, golpe de calor, complicaciones relacionadas con el consumo de drogas ilícitas o de fármacos para aumentar el rendimiento deportivo), la taquicardia o la fibrilación ventricular son eventos terminales, no primarios.
    Los signos y síntomas corresponden a los del colapso cardiovascular, y el diagnóstico es evidente. El tratamiento inmediato con apoyo cardíaco vital avanzado es exitoso en < 20% de los casos, pero este porcentaje puede elevarse si aumenta la cantidad de desfibriladores externos automáticos en la comunidad. En los supervivientes, el tratamiento requiere el control de la enfermedad subyacente. En ciertas situaciones, puede ser necesario un cardiodesfibrilador implantable.

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